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EL BLOG DE LUIS PASAMONTES

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Es la hora de ganar

Es la hora de ganar

Después de un magnífico Giro de Italia comenzamos a pensar en el plato fuerte de la temporada, el Tour de Francia. Antes tenemos pruebas míticas que son la antesala de la ronda gala. En concreto estos días se disputa una de ellas, Dauphiné Liberé. Estas pruebas tan cerca de objetivos hacen que el ciclista esté lleno de miedos, también de ilusiones. Las caídas y las lesiones copan el saco de los temores, las buenas sensaciones y las victorias el de los sueños.

En 2009 a principio de año me comunican que soy uno de los ciclistas en los que se ha pensado para el Tour. Alegría inmensa, estar en el posible nueve era sinónimo de que las cosas se estaban haciendo bien. La temporada transcurre con normalidad y en la mente la Ronda Gala en todo momento, objetivo personal y colectivo. Dauphiné era una prueba importante para el equipo, fundamental para seguir acercándonos al momento de forma optimo. Ocho etapas por delante y muchas esperanzas puestas en nuestro líder Alejandro Valverde.

Es la hora de ganar

Todo transcurría con normalidad, opciones intactas para el equipo y mis sensaciones cada día mejor. Tocaba trabajar duro para tener a nuestro líder bien posicionado en zonas peligrosas, huir de cortes provocados por viento, bajar a por bidones, subir ropa…no había tiempo para la distracción. Cuando tienes un gran líder en el equipo no puedes relajarte, en cualquier momento pueden ocurrir situaciones que hagan que todo sea mucho más difícil. El desgaste es físico, pero también mental. Quinta etapa, llega la alta montaña y las caras en el equipo cambian. Los gregarios sabíamos que debíamos de estar en nuestro sitio, organizarnos bien para gastar lo justo cada uno y seguir peleando durante días por la victoria final.

Es la hora de ganar

En las vueltas por etapas es fundamental administrar la energía, para eso el apoyo de los compañeros es fundamental. Valence-Mont Ventoux, por primera vez conocería este coloso, un puerto del que oía hablar con asiduidad. Zandio, Erviti, Iván Gutiérrez, Urán, Pereiro y el tristemente fallecido Coyot, formábamos la escolta de Alejandro. La intención era filtrarnos en alguna escapada y de esa manera tener gregarios en la parte final de la carrera. Todos concentrados, todos con las órdenes claras, compromiso, fidelidad. Un equipo es un reloj, todas las piezas funcionan si todas están en su sitio. Si alguna se descoloca el reloj puede dejar de funcionar, ir adelantado o atrasado. Teníamos un grupo excelente, no solo a nivel deportivo, el ambiente era magnífico.

Nos respetábamos mucho, fijaros lo que voy a decir, nos queríamos. Comienza la etapa y con ella las primeras escaramuzas, Imanol y yo conseguimos filtrarnos en la escapada buena. Perfecto, todo estaba saliendo según lo hablado antes de salir. Sebastian Rosseler, el que fuera compañero mío en Relax-Bodysol, mira hacia atrás para ver la diferencia que sacábamos al pelotón. El belga de Quick Step no sale de la fila para hacer esta maniobra y hace el afilador con el ciclista que le precede, en el descenso del Col de Lunel. La velocidad a la que viajábamos era importante, no podemos remediarlo, al suelo. Imanol y yo somos unos de los ciclistas afectados, estamos quemados, la velocidad y el asfalto rugoso se han encargado de ello. No tenemos fracturas, estamos aturdidos pero bien. Cambiamos de bici y nos subimos rápidamente en ella, por la mente pasan muchas cosas en esos momentos.

Es la hora de ganar

La primera pedalada la das con mucho miedo, que todo esté más o menos bien, piensas. Si algo va mal tienes que abandonar, dejar al equipo sin un hombre, ves peligrar el Tour, todo el trabajo hecho se esfuma, piensas en tu gente…son muchas sensaciones y el pulso está alto. Por turnos bajamos al coche del médico para curarnos. Imanol tiene una quemadura muy fea en el glúteo, yo brazo, pierna y cadera. El médico saca sus utensilios y me viste de momia, el calor y la brisa son insoportables sobre las heridas. Nos ponemos a trabajar de nuevo, la etapa sigue. Bien!! Alejandro se viste de líder y en mi mente una mezcla de alegría e incertidumbre. No se si las heridas me dejarán estar a la altura el resto de días, defender el liderato va a ser difícil y dos hombres estamos tocados. Por delante etapas con  Izoard, Galibier, Croix De Fer…

Finalmente y con mucho trabajo lo conseguimos, Alejandro gana la clasificación general. Dos piezas del reloj estaban dañadas pero estaban en su sitio, el resto también. Las piezas engranan de tal manera, que si están bien colocadas unas empujan a otras. Un equipo debe de dar la hora exacta, sin adelanto, sin retraso, eso hicimos en aquella Dauphiné.

Entrada publicada en Ciclismo a fondo.

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