Cuando sales de tus fronteras te das cuenta que pensabas que sabias mucho, pero siempre hay algo que aprender, que vivir. El que cree que sabe todo, no sabe nada. Siempre me había hablado maravillas mi buen amigo Urán, de su país. Desde que nos conocimos en el equipo Unibet cuando el de Urrao apenas tenía 19 años, me convenció de que algún día tenia que conocer Colombia. Años más tarde pude comprobar con mis propios ojos y sobre la bicicleta, que no exageraba en nada, Colombia es maravillosa. Mi zona de residencia era Antioquia, donde habitan otros ciclistas como Ardila, Henao…concretamente yo vivía en Rionegro. Una zona privilegiada para entrenar sin apenas tráfico, con un clima excelente y con terreno para todos los gustos… aunque mejor que tu gusto sea la montaña, porque es lo que más abunda. La acogida fue magnífica, la hospitalidad de la gente, ya no solo de mis compañeros, me abrumaba.

Te abren las puertas de su casa de par en par, lo mucho o poco que tengan es también tuyo. Un día antes de una carrera una familia me dejó usar su baño, el de su casa, atravesando su habitación para acceder a él, no dejaba de sorprenderme. Recuerdo en una competición europea escuchar con Rigo la retrasmisión de la Vuelta a Colombia, con el ordenador los dos tumbados en la cama. “Hermano venga acá, va a ver lo que es una locución de mi país”. Pasional, creo que es la palabra que describe la forma de narrar que tienen los periodistas deportivos colombianos. En 2012 yo era uno de los ciclistas que disputaba la Vuelta a Colombia, la carrera más importante junto con el Clásico RCN. Exigente, con puertos que superan los 3.000 m de altitud, ascensiones de más de 30 km, La Línea, Minas, Letras… algún día os hablaré de ellos, no había visto nada así en todos mis años en el ciclismo europeo. A veces te gustaría que el pelotón disminuyera la velocidad para poder disfrutar de paisajes espectaculares, de postal.

Estoy seguro que en los próximos días me engancharé alguna tarde a la emisión de la carrera y os invito también a que lo hagáis, no os dejará indiferente. Se que volveré a Colombia, un país que me acogió y admitió que mi mochila fuera cargada de ilusión y no de puntos, no necesitaba más equipaje. Guardo un recuerdo magnífico de todos los chicos del equipo y seguimos en contacto. “Pasa venga a mi casa una temporada, Pasa cuando viene a conocer a mi familia”, esa es la frase que más me repiten, la que me hace ver lo importante que fue aquel año. Descubrí mi vocación después del deporte profesional, mentorizar deportistas, acompañarles en su día a día  poniendo el foco en la persona, no en el resultado deportivo. Tengo muchas anécdotas y vivencias de este año y os las iré contando con gusto en el blog. Mientras tanto suerte a todos los participantes de la Vuelta y GRACIAS COLOMBIA.

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